La historia que os voy a narrar inicia su andadura en un avión rumbo a los Estados Unidos
aunque he de decir que mi destino final era un país asiático. Resulta que este vuelo, como muchos vuelos internacionales, tiene un servicio de acceso a Internet
de pago, a unos costes que más que megas parece que estés comprando caviar. Inicialmente no quería pagar el acceso a Internet
, pero como iba camino de Estados Unidos
pensé que si me ponía a “ jugar
” en la red del avión con mi Kali Linux
y algo salía mal, podría terminal en alguna cárcel del país que ahora gobernará Donald Trump
, o con alguna otra consecuencia indeseada.
Con estas, decidí que era mejor apagar mi Kali Linux
, arranqué mi equipo con Windows
, saque la tarjeta de crédito y pagué como mandan las normas. Por desgracia, la dicha de disfrutar un Internet
de alto coste no me duro ni diez minutos y me quedé sin Internet porque, al parecer, perdimos el enlace con el satélite y no hubo Internet ni cuando aterricé. Muy frustrado pasé la aduana, me dirigí al vuelo de transferencia para descubrir que, para más INRI
, me encuentro con que mi vuelo de conexión tenía un retraso de cuatro horas más las dos con que ya contaba yo de tiempo entre vuelos.
![]() |
Figura 2: Treinta minutos de conexión gratis, Luego son 7 dólares. |
Con algo de rabia, activé la conexión Wi-Fi del smartphone en busca de alguna conexión a Internet que me llevarme a la boca para amenizar este rato de espera. Por suerte – aunque nunca sabes si son de fiar o no y hay que tomar precauciones extras – encontré redes abiertas y, supuestamente, conexión a Internet gratis. Me conecté, abrí el navegador y sí señor, NO era gratis. Era el típico negocio de Hotspot en el que había tres opciones, dos de ellas de pago y una de prueba de tan solo treinta minutos (y yo iba que estar en ese aeropuerto por más de seis horas).
![]() |
Figura 4: Esto es todo amigos. Paga si quieres más. |
Así que, aprovechando la rabia y el tiempo, me puse a pensar de qué manera estarían calculando los treinta minutos que te ofrecían de acceso a Internet para luego cortármelo y decirme que muchas gracias, pero que, si quería seguir usando la conexión, me tocaba usar la tarjeta de crédito nuevamente y pasar por caja.
Vamos a ver cómo calcula el tiempo
A la cabeza se me vino una idea, y era que podrían estar usando una combinación de cookies y la dirección MAC de mi tarjeta de red, así que arranqué otra vez mi equipo con Kali Linux , me conecté a la red, le di clic a la opción de treinta minutos gratis otra vez. Después de navegar un momento mire las cookies almacenadas y resulta que no había ninguna.
![]() |
Figura 4: Nuevo equipo, nueva conexión |
Así que sólo me quedaba probar la idea de que pudieran estar identificándome por la dirección física de mi tarjeta de red. Espere a que se me acabaran mi dichosa media hora de conexión gratuita a ver si algo mas sucedía pero nada raro paso. Me desconecté de la red, cambié la dirección física y como en el método científico, me puse a probar la hipótesis propuesta.
![]() |
Figura 5: Cambiando la dirección MAC en mi Kali Linux |
Y como en el método científico, hipótesis probada igual a teoría. Para los que sean principiantes voy a explicar el cambio de mi dirección MAC , que es bastante sencillo. Solo hay que hacer uso en Kali Linux del comando “ifconfig wlan0 hw ether [NuevaMac]” y por ultimo subí la interfaz con un comando “ifconfig wlan0 up” . Si se quisiera verificar, que el cambio de dirección mac se efectuó correctamente, simplemente usa “ifconfig wlan0” para ver que la nueva dirección está funcionando.
![]() |
Figura 6: Treinta minutos más. Y cuando se acabó, nueva MAC. |
Por supuesto, la medida de seguridad es malísima, y cualquier hacker o pentester podría saltarse esta protección de seguridad, que no tiene ningún misterio, así que yo creo que los administradores de este sistema han decidido que esta red Wi-Fi sea gratis para los hackers, y por eso la dejan así, ya que esto ni es nuevo, ni desconocido para las empresas que montan hotspots Wi-Fi . Así que… decidí entretenerme por Internet hasta que llegó la hora de mi vuelo, gracias a estos que piensan en los hackers .
Fuente:
elladodelmal.com
Autor: Ivan Fernández (Mfernandezt2@hotmail.com)