José María Salas Rubio |
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El personal de enfermería constituye el grupo de profesionales sanitarios que mayor contacto tiene con los pacientes. Siendo la correcta higiene de manos la primera y más efectiva de las intervenciones en materia de prevención. La adopción de esta práctica posee importancia en el hecho de que gran porcentual de infecciones nosocomiales pueden ser evitadas, una vez que la mayoría de los microorganismos asociados a la microbiótica transitoria de las manos, o sea, aquella adquirida por el contacto con personas o materiales colonizados o infectados, podrían ser fácilmente eliminados a través de un adecuado lavado, dejando de ser condición básica para su diseminación.
En el presente artículo se analizan los factores o fallos relacionados con la aparición de caídas en el paciente sometido a hemodiálisis proponiendo medidas preventivas y un protocolo de detección y seguimiento de los pacientes con riesgo de caídas.
La infección hospitalaria o nosocomial, constituye uno de los más graves problemas de salud pública, dado que sus altos índices de ocurrencia condicionan una elevación de la tasa de morbi-mortalidad y gasto oneroso del coste hospitalario, dificultando así la calidad del cuidar y la evolución del sistema de salud como todo.
Durante las últimas décadas, la participación ciudadana es de vital importancia para los sistemas sanitarios y la salud pública. El nuevo rol del paciente, como agente activo, gestor y generador de su salud, y el paradigma de la atención centrada en el paciente, algunos de los hitos más importantes en la mejora continua de la atención sanitaria.
La intervención de los equipos móviles de urgencias en la conducta auto lesiva debe ir dirigida, en primer lugar a garantizar la seguridad del equipo y del paciente, para pasar a continuación a evaluar la conducta suicida, los factores que la determinan y la estrategia terapéutica a seguir. La desorganización y el caos suele ser lo que predomine, siendo la intervención de los equipos sanitarios muy variable en función de la situación.
La atención sanitaria a los pacientes en los últimos días de su vida y a sus familiares, constituye un problema que cada día pesa más en la sociedad y los sistemas sanitarios. El progresivo aumento de la población y de su expectativa de vida, unido a los avances científico-técnicos, está generando un incremento de morbimortalidad por cáncer y otras patologías en los últimos años de la vida.
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