Dos suspensiones por dopaje en cuatro años y dos despidos en los primeros dos meses de la actual temporada no han doblegado a Robinson Canó, uno de los mejores beisbolistas de las últimas décadas y alguien que aceptó bajar a la parte inferior de la cadena de producción para agenciarse un potencial boleto de regreso a la cúspide de la industria: Las Grandes Ligas estadounidenses. ( Seguir leyendo…
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