Las baterías de litio son las más utilizadas hoy en día. Sin embargo, los riesgos derivados de su uso y su problemática medioambiental están llevando a que los científicos busquen alternativas más seguras y menos contaminantes. Una de las más prometedoras es la batería de zinc-aire, pero presenta un problema y es que necesita un catalizador que facilite la reacción química empleada para el almacenamiento de energía y la obtención de electricidad. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Córdoba (España) ha encontrado este catalizador en un lugar de lo más inesperado: la sangre. ( Seguir leyendo…
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